Uno de los valores que nos distingue de los animales es la capacidad de la humanidad de crear arte. Desde el mismos albores del ser humano, este ha desarrollado esta apasionante actividad. La ha desarrollado allí donde se ha vivido y se ha servido de ella para comunicarse ya sea entre ellos, con la naturaleza y con sus dioses o para mejorar sus vidas adornándolas de aquello que admira y le genera satisfacción, tendiendo la pintura una especial relevancia y para ello que esto siga siendo una realidad es indispensable comprar arte de artistas vivos
El valor del uso es el valor de lo necesario.
Pero cuando la nuestras actividades artísticas y culturales se sumergen en el mercado su valor se va a ver afectado y modifico.
El intercambio y por tanto el comercio entre personas y pueblos, permite intercambiar lo que sus cualidades y capacidades les permiten hacer, crear o conseguir por sus propios medios.
«Comprar pinturas de un artista vivo»
En este contexto no podemos negar que la actividad artística, la pintura, escultura, dibujo, música, danza, escritura…, son necesarias porque nos hacen sentir bien, autorealizados y al contemplarlas nos proporcionan emociones y exalta nuestros sentidos. Es por ello que los seres humanos, desde el minuto uno de su existencia hasta el presente necesita el arte y se rodean de el y lo genera al crear su entorno.
¿Pero cuanto vale el arte, una pintura? ¿Quien determina su valor?
En nuestra sociedad se asocia el éxito al dinero, esta misma asociación suele hacerse con el éxito de una artista, vinculándolo al precio de su obra por lo que es habitual confundir el valor económico de una obra de arte con su valor artístico.
El precio de una obra artística se ve afectado por factores como los muesos, el coleccionismo, el mercado y todo esto no siempre esta directamente relacionado con la calidad artística.
Demanda, inversión, Autenticidad, rareza, historia, lugar de la venta, conservación, técnicas, formatos.
Lo que es cierto, es que el arte no pierde valor, así que animaros y comprar arte de artistas vivos.
Desde mi punto de vista hay dos tipos de compradores de arte claramente diferenciados, el coleccionista profesional, experto en mercados y el comprador que no es un experto en el valor de los mercados, pero que es igualmente un amante del arte y le gustar rodearse de él.
A este último le animo a comprar con el corazón para adornar su vida.