Pintar Retratos

El retrato es considerado por muchos la disciplina más difícil dentro de la pintura artística. Normalmente trabajo el retrato artístico por encargo, aunque no descartes que pueda sentirme seducida por una expresión de alguna persona en particular y decida retratarla. Me siento entonces mas libre para transmitir, potenciar, y ocultar lo que decida. De modo que consigo realizar una obra de arte un tanto más personal, al incluir en el retrato una visión mucho más cercana a mi interior. A mi propia visión y sentimientos. Un ejemplo de ello es mi autorretrato, en el que aunque mi rostro esta “algo oculto” quien sabe mirar puede apreciar mucho más allá de lo físico, tanto en mi propia figura como en todo lo que me rodea.

Recuerdo lo que dijo Aristíteles:

«El objetivo del arte no es presentar la apariencia externa de las cosas, sino su significado interno; pues esto, y no la apariencia y el detalle externos, constituye la auténtica realidad»

Me identifico con esta frase. Si soy principalmente (aunque no únicamente) una pintora a la que suelen calificar como realista (aunque a mi no me gustan las etiquetas).A pesar de ello y aunque algunos les parezca contradictorio en parte o quien sabe si en todo, pienso que es una gran frase, pues el arte también en el retrato, no debe limitarse a reproducir la realidad, aunque también pueda hacerlo, no siendo lo uno excluyente de lo otro. El retrato debe buscar la expresión y el reflejo de la personalidad e incluso, de la humanidad del retratado

Pintar un retrato es:

Mucho más que reproducir un rostro. Hay descubrir y mostrar la expresión de la emoción conductora que ha de estar presente desde el principio y hasta el final de la ejecución de la a obra artística. La idea, las sensaciones deben estar presentes. Todo ello esta vinculado a la idea del retrato en si misma.

Un retrato puede o no se realista, pero debe reflejar la expresión y las emociones del retratado y por que no, también puede llegar mostrar las del artista. Esto es el hilo que une la ejecución y que esta sujeta a la finalidad del retrato en si misma.

¿Que interés desierta en mi la persona la persona retratada? ¿Busco reflejar las sensaciones de su rostro? ¿Despierta e mi alguna emoción? ¿Intento transmitir su personalidad y sus particulares emociones? ¿Es una oportunidad de transmitir un concepto sobre el conjunto de toda la humanidad? Todas estas preguntas me asaltan aunque normalmente trabajo el retrato artístico por encargo.

Todos estos planteamientos los tengo muy en cuenta y los considero muy seriamente a la hora de iniciar un retrato, no son excluyentes entre si. Si debo elegir cual de todas estas ideas quiero que prevalezca sobre las demás, es decir, la que debe predominar si excluir algunas más pero con cuidado de no dispersarme, pues demasiados conceptos arruinarían el retrato al crear desorden y/o confusión.

Inma Merino